En 1970, Virginia Riofrío, matrona de la ciudad de Loja, dona los terrenos para la construcción de los edificios de la UTPL. Aquí se observan los diferentes bloques que ocupan los docentes y estudiantes como material de apoyo, para acrecentar sus sueños del profesionalismo. Así mismo, el campus de la UTPL se caracteriza por estar rodeado de elementos arquitectónicos, áreas verdes y hermosos paisajes, que se constituye como un espacio ideal para llevar a cabo el entretenimiento y el goce de los jóvenes, compartiendo momentos de alegría.