El mural tiene una composición horizontal y debe leerse visualmente desde el centro hacia los lados. Destacan las figuras de los personajes que están delimitadas por un contorno negro en “volúmenes cargados de fuerza y movimiento” (1) que contrastan con los otros elementos delimitados únicamente por el color del mosaico.
En la parte central destaca la ineludible influencia europea, representada en la columna griega, sobre la que descansa la llama del conocimiento. La mujer con un libro abierto representa a la custodia del conocimiento de esa historia humana, que se transmite a través de la labor de los maestros y se deposita en los jóvenes.
Este mural relata el legado cultural, los conocimientos ancestrales y el arduo trabajo del pueblo ecuatoriano. Hacia la derecha, se reivindica al hombre indígena y los recursos que usó en los lugares selváticos para defenderse y proveerse de alimento, como es la cacería con cerbatana; seguidamente, las faenas de los hombres costeños que han aprovechado los ricos recursos marítimos y la producción del insigne cultivo del banano.
En la parte izquierda del mural se enfatiza en los trabajadores que dominan el uso del metal para proyectos de ingeniería y construcción de edificaciones que simbolizan el progreso constante que busca nuestro pueblo. En sinergia con la identidad ganadera y agrícola, están presentes las tradiciones ancestrales, representadas en el uso de hilar, el telar y las construcciones en tierra, que mantienen los pueblos indígenas.
Los personajes discurren sobre un fondo compuesto por los imponentes nevados de los Andes, el sol ecuatorial, la selva y el mar, representando las regiones naturales y la riqueza de recursos de este legado.
Verónica Noriega, 17-05-2021. Interpretación a partir de entrevista a Juan Flores(2)
Referencias:
- Direccion General de Relaciones Interinstitucionales y Escuela de Arte y Diseño. (2009). PINTURA MURAL, ESCULTURA Y VITRALES. Loja: Editorial Universitaria.
- Flores, J. (9 de Agosto de 2019). Historia de murales en la UTPL. (V. Noriega, Entrevistador)
Creado en 1973, este mural fue el primero en realizarse en la fachada de un edificio en el Campus de la UTPL; Desde su construcción han funcionado en esta edificación el rectorado y el Aula Magna. La obra fue realizada por el arquitecto Juan Flores, que lo trabajó en colaboración con el misionero y artista vasco Peli Romarategui, quien aportó con el trabajo técnico, traspasando a mosaico los bocetos creados por Flores, mismo que supervisó el minucioso trabajo, cuidando el tratamiento de las formas y el color. En cuanto al nexo entre estos artistas, Flores menciona: “La relación de Romarategui con la Universidad viene por los Hermanos Maristas que conocieron su obra en la ciudad de Pasaje, en la iglesia del Cambio del Guabo, donde tiene un mural” (1)
Referencias.
- Flores, J. (9 de Agosto de 2019). Historia de murales en la UTPL. (V. Noriega, Entrevistador)